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IN VITRO VISUAL y FIIVV
De la exhibición alternativa al festival de cortos
La noche, las autopistas y las aceras vacías en una ciudad situada 2.600 metros más cerca del cielo, son los testigos omnipresentes de transeúntes que deambulan entre el asfalto y los rascacielos, creando cada minuto miles de escenas, imágenes e historias que merecen ser contadas. Así, en medio de la música, los martinis y las luces de colores surge en el 2003, de la mano de los socios de In Vitro Producciones, creadores del Bar In Vitro, In Vitro Visual. Inicialmente el objetivo era establecer una ventana audiovisual que permitiera exhibir al público de forma gratuita los trabajos realizados por quienes frecuentaban el bar; las proyecciones comenzaron los fines de semana en medio de la euforia del viernes y rápidamente se trasladaron a los martes, día que tenía una alta carga cinematográfica en la memoria colectiva de la ciudad debido a las promociones que hacían los grandes exhibidores.
Los primeros dos años la muestra tuvo un funcionamiento informal, cada martes se proyectaba un cortometraje como antesala del baile, y para el 2004 se organiza una primera premiación como reconocimiento a los directores más jóvenes; pero en el 2005 los buenos trabajos empezaron a escasear, ya que la muestra aun tenía una divulgación de carácter local.
Este mismo año In Vitro Producciones se asocia con Laboratorios Black Velvet, empresa de realización y gestión audiovisual, para darle una nueva cara y un mayor impulso al proyecto rediseñando la estrategia de promoción, divulgación y prensa; así, se lanza una convocatoria de mayor rigurosidad y se establecen parámetros de calidad técnica y estética, además se estructura un modelo de curaduría que permite a los asistentes enfrentarse cada martes a lo mejor de la producción audiovisual colombiana de cortometraje en los géneros argumental, documental, animación, experimental y video clip.
Con proyecciones digitales simultáneas en tres pantallas, cada noche asisten a In Vitro Visual alrededor de 350 personas, logrando a lo largo del año la presencia de más de 17.000 personas dispuestas a conocer el nuevo talento del cine colombiano. Para el siguiente año (2006) se crea la muestra LO MEJOR DE IN VITRO VISUAL que compila seis horas con los más destacados trabajos del año inmediatamente anterior, que viaja a lo largo del año por más de 12 ciudades colombianas y también se ha exhibido en Argentina, Alemania, España, EE.UU. y Venezuela visibilizando el talento de los nuevos realizadores.
Tras un proceso de diez años se ha consolidado un movimiento en torno a los martes de cortometrajes; la confluencia de un público compuesto por realizadores, amigos, cinéfilos y viejos conocidos. A través de convocatoria y de curadurías independientes, al evento llegan alrededor de 200 trabajos colombianos anualmente, de los cuales se escogen de 35 a 40 que conforman la Selección Oficial de In Vitro Visual. Entre estos trabajos el jurado selecciona los nominados que son galardonados en el evento de premiación en la primera semana de diciembre, donde se otorgan estatuillas en 15 categorías técnicas y artísticas.
En diciembre de 2007 se lanza la nueva estatuilla oficial de los Premios In Vitro Visual: La Virgen Santa Lucia, de la cual podrán conocer más en el apartado dedicado a nuestra ciega virgen y al mismo tiempo patrona de la luz. Para el 2008 la organización del evento decide, manteniendo las proyecciones de todo el año, llevar In Vitro Visual a la propuesta clásica de Festival de Cine. El FIIVV´08 fue la primera edición de un evento que en tan solo 5 años se ha convertido en la actividad de mayor relevancia en torno a los formatos cortos, ampliando cada vez más su panorama internacional, sus días de programación y espera, sobre todo, ampliar su público para llegar a más personas con las miles de historias que hay para contar.
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